La película de Elden Ring está en manos de un tryhard: el director ya va en su séptima partida y piensa que Radahn es un jefe fácil

Las adaptaciones fílmicas de videojuegos están en voga, no hay duda de ello, pero cuando se anunció que se produciría una película de Elden Ring, más de un fanático arqueó la ceja y adoptó una postura de escepticismo en muchos sentidos infranqueable. Pero todo parece apuntar a que la franquicia de FromSoftware se encuentra en buenas manos: Alex Garland, su director, es un apasionado de Elden Ring, ya va en New Game+7, e incluso piensa que la dificultad de Radahn es pan comido.

¿El director de la película de Elden Ring es un tryhard?

Elden Ring llegará a cines muy pronto de la mano de A24, el estudio detrás de icónicos proyectos como Midsommar o Hereditary, mientras que la cinta estará a cargo de Alex Garland, el cineasta británico responsable de Ex Machina, Annihilation y la reciente Civil War. Al principio, muchos se mostraron reacios a la idea de adaptar un juego tan críptico y colosal, pero con el paso de los meses la producción empieza a revelar indicios prometedores. Y lo más inesperado de todo: el director no solo entiende el juego… lo domina.

En una entrevista con IGN, Garland confesó que actualmente se encuentra en su séptima partida completa de Elden Ring. Eso significa que ha terminado el juego seis veces y sigue adelante, con la dificultad más acentuada de todo el juego. Y si bien muchos consideran a Radahn uno de los combates más duros, Garland asegura que lo despacha sin pestañear. Eso sí, incluso el director de 28 Years Later admite que hay un enemigo que aún lo hace sudar: Malenia.

“La más difícil es Malenia [...]. He subido de nivel, tengo mucho poder y una espada genial, cosas así, y aun así me lanzo contra ella una y otra y otra vez. Esa fue la técnica que aprendí con Dark Souls: lo tienes que seguir intentando hasta que, eventualmente, un día ella esté muerta.”

Que el director de la película se haya sumergido con esa profundidad en el juego no es una cosa menor. Habla no solo de conocimiento técnico, sino de una sensibilidad muy precisa hacia lo que Elden Ring representa: paciencia, obsesión y belleza oculta tras la dificultad. Si eso logra trasladarse al cine, podríamos estar frente a algo realmente especial.