Si llevas años viendo a Gokú repartir golpes y obteniendo nuevas transformaciones, seguramente te has hecho esta pregunta más de una vez: ¿Qué es canon en Dragon Ball? ¿Lo es Dragon Ball GT? ¿Lo son las películas? ¿Los videojuegos? ¿O solo el manga que dibujó Akira Toriyama con su puño y tinta? En un universo tan vasto, caótico y, por momentos, contradictorio como el de Dragon Ball, la línea entre lo oficial y lo alternativo ha sido una frontera difusa. Y ahora, en pleno 2025, la discusión ha vuelto a la mesa con un matiz inesperado.
Durante la Japan Expo 2025 celebrada en Francia, un panel de pesos pesados se reunió para hablar de la obra de Toriyama: Kazuhiko Torishima, el mítico editor que descubrió al autor; Katsuyoshi Nakatsuru, el artista detrás del Super Saiyan 4; y Toyotaro, el actual mangaka de Dragon Ball Super y discípulo directo de Toriyama. El tema estrella de la conversación, como era de esperarse, fue el canon. Y cada uno aportó una perspectiva que, más que resolver el dilema, lo hizo aún más interesante.
Torishima: la honestidad brutal del editor que lo empezó todo
Torishima, con la franqueza que lo ha caracterizado desde sus años como arquitecto de Dr. Slump y Dragon Ball, fue directo al grano: para él, no hay canon. O al menos, no en el sentido estricto en que los fans solemos usar ese término. Las declaraciones han sido recogidas por el sitio francés DBZ.com, donde el exeditor de Toriyama menciona lo siguiente:
"Toriyama era muy caótico. A menudo olvidaba la continuidad de los personajes. Siempre se centraba en lo que haría felices a los fans. Así que inventaba historias sin preocuparse demasiado. En resumen, no hay continuidad ni cronología".
Sus palabras, lejos de ser un ataque, revelan una verdad incómoda pero fascinante: Toriyama nunca pensó su obra como una línea recta. Para él, Dragon Ball era un campo de juego, una fuente infinita de ideas que se renovaban con cada capítulo, con cada combate, con cada transformación nueva.
Toyotaro: el heredero que ama todo lo que lleve el sello de Dragon Ball
Por su parte, Toyotaro representa a una generación distinta. Él no solo creció leyendo a Toriyama: hoy sostiene el lápiz que dibuja su legado. Y lo hace desde el respeto, la admiración y, sobre todo, una visión mucho más incluyente sobre lo que significa “ser canon”.
"Me encanta casi todo en el universo de Dragon Ball. Para mí, todo es una especie de canon porque lo he visto todo. Pero no me corresponde decidir qué es canon. Creo que es mejor que cada fan decida qué es o no canon por sí mismo. Por ejemplo, yo solía jugar Dragon Ball Online, y eso también es canon para mí".

Toyotaro no solo abraza las líneas del manga y el anime oficial, sino también los videojuegos, las películas e incluso propuestas menos conocidas como Dragon Ball Online. En su visión, el canon no es una norma rígida, sino una experiencia emocional. Si algo te marcó como fan, entonces es canon para ti. Y eso, al final, es lo que importa.
Al final del día, Dragon Ball no ha sobrevivido 40 años porque mantuviera una coherencia férrea, sino porque supo cambiar con el tiempo, sorprender, emocionar y adaptarse. Porque supo hablarle a quienes lo viven desde la infancia, la adolescencia o la adultez. A quienes buscan coherencia y a quienes solo quieren ver a Goku superar sus límites una vez más.
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