Legado. Una palabra que normalmente se utiliza para hablar sobre algo que se deja o transmite a un sucesor, sea una cosa material o inmaterial. En la bonita industria de los videojuegos, podríamos hablar de montones de personas que se han encargado de crear un legado: Shigeru Miyamoto, Cliff Blezinski, Gabe Newell; en fin, la lista es muy larga, pero hay dos personajes que son obligados por su aporte a la industria: John Carmack y John Romero, dos de los principales creativos detrás de DOOM, un videojuego de disparos en primera persona que sentó las bases de los FPS.
Han pasado 30 años desde que vimos la franquicia por primera vez, y se ha convertido en un fenómeno cultural que sigue vigente, incluso después de pausas prolongadas. Fue en 2016 cuando la saga resurgió con uno de los títulos más brutales de id Software: DOOM. Su éxito fue tal que rápidamente dio lugar a una secuela, DOOM Eternal, recordada por su frenético combate, su calidad visual y, por supuesto, su espectacular banda sonora
¿Podrán repetir el éxito una tercera vez? En id Software parecen estar seguros de que sí, y por eso presentan DOOM: The Dark Ages, la precuela de lo que conocemos como el DOOM moderno. Pero, ¿es realmente tan medieval como dicen? ¿La súper escopeta sigue siendo una delicia? ¿Vale la pena? Agárrate de mi BFG, porque aquí te contamos.
En la primera era…
Vamos destripando esta bestia por partes. ¿De qué trata DOOM: The Dark Ages? Como lo dice el testamento del Asesino, en la era del fuego y la destrucción, cuando las legiones del infierno pisaron la tierra de Argent D’Nur por primera vez, un forastero les hizo frente. Su ira era tan indomable, que los Centinelas de la Noche lo vieron como un arma y sus dioses, le otorgaron una fuerza y velocidad sobrehumanas, pero a cambio de su libertad.
Cuando el infierno volvió a invadir Argent D’Nur en busca del corazón de Argent, una fuente de poder divino, los humanos recurrieron al Slayer para proteger su mundo. Sin embargo, su misión lo llevará a enfrentar abismos aún más oscuros, revelaciones interesantes, momentos legendarios y, como es de esperarse, traiciones.

Con eso tienen para saber de qué va el nuevo DOOM. Ya saben, hacemos lo posible para evitar arruinarles la trama del juego, especialmente cuando es su único apartado. Honestamente, DOOM no brilla por contar con una narrativa que cambie el paradigma de los relatos en la industria de los videojuegos, pero como decíamos al principio del video, vaya que se ha encargado de crear un legado profundo que sin duda se nutre muchísimo de las entradas del códice que puedes encontrar en cada entrega.
La trama cuenta con un buen ritmo que te mantendrá pegado al control y te aseguramos que estarás leyendo todas las entradas del códice para entender de dónde viene esta arma, cuál era la historia de este lugar, en fin la narrativa de DOOM: The Dark Ages llega a una cocción casi perfecta y te podemos apostar una cerveza bien fría a que la vas a disfrutar sí o sí.
Las formas antiguas del Slayer
DOOM: The Dark Ages no sería digno de su legado sin un gameplay cargado de adrenalina, y vaya que cumple. Este título mantiene la brutalidad y velocidad características de la saga, pero con un giro que lo hace sentir fresco. Aquí, el Slayer es una fuerza imparable de destrucción, una verdadera máquina de guerra que no se detiene ante nadie.
El combate sigue siendo frenético y sangriento, pero ahora se centra en la premisa de "mantenerse firme". El Slayer cuenta con un escudo sierra que le permite bloquear, desviar ataques enemigos y, por supuesto, desgarrar y destrozar demonios. Manejar el escudo es intuitivo, y su uso no se limita al combate: también te permitirá mover objetos, activar mecanismos y abrir nuevas rutas. Además, después de algunas horas, podrás colocarle runas que le darán un picosito bien delicioso a la carnicería demoníaca.

Un nuevo DOOM significa nuevas armas y en The Dark Ages tenemos propuestas bien interesantes. Obviamente, la emblemática super escopeta está de regreso, pero tenemos propuestas nuevas y versiones de grandes clásicos bien medievales. Por ejemplo, la BFG ahora es una ballesta y la ametralladora ahora es una amaetralladora de clavos. Al desbloquearlas todas, podrás hacer “combos” bien sabrosos que te permitirán utilizar todas para acabar con los enemigos más grandes y ojo, porque cada una de las clases de arma cuenta con dos variantes, es decir, de la clase ametralladora podrás encontrar la trituradora y la empaladora, por ponerte un ejemplo.
Y es que DOOM: The Dark Ages, no sólo cuenta con un repertorio de alto octanaje de armas de fuego, también cuenta con tres armas cuerpo a cuerpo que llegan para sustituir a la motosierra y que son una tremenda chulada. De entrada está el arma más salvaje, el guantelete de poder, luego está nuestra favorita, el mangual y por último podrás obtener la infame maza del terror. Cada una ofrece opciones brutales para acabar con tus enemigos, recompensándote con munición al ejecutarlos.
Sin las Glory Kills ahora el combate es mucho más fluido.
Justo ese es uno de los sabores que hacen que The Dark Ages sea un gran DOOM: los enemigos. Los demonios clásicos de la franquicia como el Mancubus, los Imps o el Cacodemonio, mejor conocido como el testículo del Infierno, están de regreso en versiones mucho más medievales, pero tenemos un par de nuevos enemigos que son desafiantes. Ya los irás descubriendo, no te vamos a arruinar la sorpresa, pero cuando se juntan y de pronto hay uno con un escudo especial que se destruye al acabar con el resto de los demonios… Son el desafío que nos recetó el doctor para vivir contentos.

Lo único que extrañamos demasiado son las Glory Kills, esas ejecuciones legendarias que te hacían sentir como una máquina de matar. Sí, ahora el combate es mucho más fluido, pero eran algo muy satisfactorio de ver y hacer.
¿Eso es todo? ¡Claro que no, mi demoníaco amigo! Por primera vez en un DOOM, la gente de id Software se atrevió a ponernos en las botas de otros personajes: el Cyber Dragon y el Atlan. Vamos por partes.
El primero es un vehículo fuertemente armado que te permite explorar los escenarios de una forma mucho más rápida. Imagina que el Cyber Dragon es básicamente un jet de combate con la marca del Asesino de la Muerte que te permite enfrentarte a las naves demoníacas y surcar los cielos en busca de objetivos. Ojo, porque al igual que con el Slayer, evitar los ataques enemigos es importantísimo, cuando lo hagas en el momento correcto, las ametralladoras del Cyber Dragon cambiarán por un cañón mucho más poderoso que puede destruir los escudos enemigos.

El segundo agregado es el Atlan, un enorme mecha que es controlado por el Slayer y que te servirá para liquidar a los demonios más enormes. Similar al Cyber Dragon, esquivar los ataques de los enemigos en el momento correcto es muy importante para que puedas acabar con ellos mucho más rápido. Lo que nos encantó del Atlan es que también tiene acceso a armas gigantes, por lo que andar por ahí con una ametralladora de cadena del tamaño de un edificio es sumamente gratificante.
Estos cambios en el gameplay no suceden a voluntad del jugador, ocurren en momentos específicos de la trama y si funcionan como un “respiro” para descansar de la matazón demoníaca. No es como que nos canse destazar demonios, pero es una gran añadido que mejora el ritmo del juego y que lo distancia un poco de la monotonía.
El Atlan y el Cyber Dragon mejoran el ritmo del juego y lo alejan de la monotonía.
Otra de las cosas que hacen que DOOM: The Dark Ages no se sienta respectivo son los puzzles. Estos acertijos están regados por el mapa y, aunque algunos de ellos son obligatorios para avanzar en la trama, otros son opcionales y te darán acceso a los clásicos juguetes, entradas del códice, diseños para tus armas y claro, montones de oro y joyas para mejorar tus armas. Sin duda, este es uno de los mejores apartados del juego, porque el juego incluye acertijos que son desafiantes, especialmente los que ocurren en el reino cósmico. Hace mucho que no teníamos que detenernos a meditar cómo podía llegar a un lugar o desbloquear cierta puerta.

Ahora, si quieres sacarle hasta la última gotita del tuétano al arsenal del Slayer, será mejor que explores los enormes mapas del juego, para conseguir los recursos suficientes, mejorar todas tus armas por completo y explorar todos los mapas al 100%. Claro, tendrás que ser paciente y revisar cada recoveco para recolectar todo el oro y descubrir todos los secretos.
Eso sí, para mejorar tu equipo deberás hacerlo en uno de los santuarios de los centinelas. Quizá lo único que nos quedó a deber fue la personalización para el Atlan y el Cyber Dragon, pero es más un capricho personal que algo que reste al gameplay del juego.

Lo mejor de todo es que si eres un poco torpe para el "parry" o tu precisión da asco, DOOM: The Dark Ages incluye un montón de opciones de personalización para que puedas jugar a tu gusto. En este menú de personalización, podrás modificar estadísticas como el daño que hacen los enemigos, prolongar la ventana del parry o caso contrario, podrás hacer el juego mucho más desafiante.
La corona de los Centinelas de la Noche
Muy bonito y todo pero, ¿qué tal se ve? DOOM: The Dark Ages cuenta con uno de los mejores apartados técnicos de la generación y todo se debe al motor gráfico de la casa: el id Tech 8, el cual está diseñado para aprovechar al máximo las capacidades de la generación actual de consolas, es decir, la iluminación, las sombras dinámicas con trazado de rayos y las texturas lucen increíbles.
Además, este motor permite que tengamos un montón de enemigos en pantalla junto con un montón destrucción, y ni nos hagan hablar del apartado estético del juego porque el diseño de arte es brutal, digno de la corte infernal. El trabajo que hicieron los artistas del estudio es fenomenal. Andar por ahí nadando en las aguas de los terrores cósmicos, o defender un pueblo del asedio de los demonios se siente legendario.

Nosotros estuvimos jugando en PS5, en una pantalla 4K a 60 cuadros por segundo y el juego corre muy bien. No tuvimos caídas en la tasa de cuadros por segundo, ni tampoco notamos algún error de programación que valga la pena reportar. La gente de id Software son muy buenos al entregar juegos sin errores y poco a poco se han convertido en un gran ejemplo para otras desarrolladoras.
¿Entonces es perfecto? No, la neta no. Hay dos detalles que no nos gustaron del todo. El primero es que nosotros buscamos probar el juego en PS5 por las bondades hápticas del DualSense y la verdad es que nos decepcionaron. Lo único que sí está presente es la sensación de los gatillos adaptativos, pero con el frenesí del combate ni se sienten.
La segunda y la que sí nos dolió muchísimo fue la música del juego. Como te habíamos dicho en nuestro previo, nosotros teníamos mucha fe en la gente de Finishing Move, quienes se encargan de la banda sonora del juego, y no lo hacen nada mal, de hecho ya queremos traer el soundtrack en nuestro celular para ir en el metro de la CDMX, pero hubo momentos en los que ni la notamos. Definitivamente la ausencia del genio Mick Gordon se nota.
Entonces, ¿vale la pena?
Seremos brutales, pandilla: ¡qué pregunta tan más pen#$ja! Claro que vale la pena. DOOM: The Dark Ages lo tiene todo: una trama con buen ritmo que abona muchísimo al lore del Doom Slayer. Unas dinámicas de juego que son familiares, pero que tienen nuevos elementos que refrescan la fórmula. Puzzles bien buenos que te darán comezón en el cerebro y un apartado artístico que te mandará los calzones al subsuelo. Aunque extrañamos mucho a Mick Gordon los compositores actuales no lo hacen nada mal, así que sí, el juego vale cada maldito y ensangrentado centavo. Recuerda que DOOM: The Dark Ages estará disponible a partir del 15 de mayo en PS5, Xbox Series, PC y claro en Xbox Game Pass.
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