Tras jugar con los nombres de los primeros Mario Kart (Super, 64, Wii), Nintendo finalmente cedió ante la tradicional numeración de sus próximas entregas, culminando con el galardonado Mario Kart 8: Deluxe. Con eso en mente, ¿por qué el nuevo juego no se llamó Mario Kart 9? Hay una muy buena razón que lo explica todo.
La idea era escapar de la tradición
Como ya sabemos, Mario Kart World destaca por introducir el primer mundo abierto de toda la saga, y esa es la innovación que provocó el cambio de nombre. Desde el comienzo de su desarrollo, Nintendo sabía que debía desatarse de la numeración.
¿Por qué? Simple. Hasta la octava entrega, Mario Kart siempre había seguido la misma fórmula: correr en una pista y transportar a los jugadores a la siguiente. Todos los juegos sin excepción funcionaron así, y con este enorme cambio para World, Nintendo quiso destacarlo a todo el mundo de la manera más clara posible, y qué mejor manera que rompiendo la tradición con el nombre.
"En juegos previos de Mario Kart, al terminar una pista pasabas a la siguiente automáticamente. Queríamos aprovechar la nueva tecnología para darles a los jugadores una sesión ininterrumpida de carreras y crear así un gran mundo"
Por ello, Nintendo decidió apartarse de la numeración y cambiar el nombre. Mario Kart World define desde su título la intención y el cambio monumental que recibiría la franquicia con este juego, y así lo quiso promocionar Nintendo desde un principio.
Todo se planeó desde el inicio
De hecho, el nombre del juego estuvo definido desde sus orígenes. No sabemos si estos se definió cuando el juego aún estaba en planeación para el primer Switch, pero Nintendo compartió imágenes de los primeros artes conceptuales, mismos que ya tenían el nombre del juego grabado en todas partes.

En conclusión, no tuvimos Mario Kart 9 porque el cambio en su gameplay ameritaba una renovación completa, incluyendo el mismo nombre del juego. Ahora bien, veremos si esta idea florece con la fuerza que promete cuando llegue junto con el Switch 2 el 5 de junio, o si Nintendo debió mantenerse a salvo siguiendo la misma fórmula que le ha funcionado por décadas.
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